Hace falta muy
poco para que
una obsesión
técnica se
convierta en
revolución.
Al ingeniero
noruego-estadounidense
Karsten Solheim
no le gustaba
cómo quedaba la
pelotita en su
stand, incómodo
con el
rendimiento del
putter, decidió
diseñar uno
propio en el
garaje de su
casa en
California, esto
sucede en 1959.
Ese primer
modelo no solo
fue eficaz; al
golpear,
producía un
claro “ping”… y
con ese sonido
nació una marca
que modificaría
el juego para
siempre.
Como fueron
sus orígenes,
todo arranca con
un ingeniero en
busca de
precisión,
Karsten nació en
Bergen, Noruega,
en 1911, su
familia emigró a
Estados Unidos
cuando tenía
apenas dos años.
Durante
décadas trabajó
como ingeniero
en General
Electric, hasta
que a los 42
años descubrió
el golf a partir
de sus
compañeros en
GE.
Su juego en el
green, muchas
veces arruinado
por un putter
deficiente, lo
impulsó a
diseñar uno
mejor, así nació
el PING 1A, el
primer putter
construido
artesanalmente
en su garaje.
Un esfuerzo
familiar desde
el taller, ya
que el proyecto
nunca fue
solitario, Su
hijo John
Solheim, con
solo 13 años,
perforaba los
orificios de los
palos, su otro
hijo, Allan,
colocaba los
grips y, su
esposa Louise
fue quien ideó
el nombre
“Anser” para el
modelo más
famoso.
Desde el
inicio, PING fue
una empresa de
familia, hecha
de manos,
ingenio y
visión.
El modelo Anser
fue el putter
que cambió la
historia, como
ocurrio?... En
1966, Karsten
dibujó sobre la
funda de un
viejo disco el
diseño que sería
eterno, el PING
Anser, Louise
sugirió quitar
la “w” de
“Answer” para
que el nombre
pudiera grabarse
en el palo.
En 1967 el
putter fue
patentado y
rápidamente
adoptado por los
profesionales.
Julius Boros
ganó el Phoenix
Open con él y,
en 1969 George
Archer conquistó
el Masters de
Augusta, desde
entonces, el
Anser ha sido el
putter más
copiado de la
historia.
Tecnología y sonido, el secreto estaba
en su
construcción,
una aleación de
bronce-manganeso,
más suave que el
acero, que no
solo ampliaba la
zona de impacto
efectivo, sino
que también
producía un
sonido único al
contacto con la
pelotita.
Ese “ping”
metálico dio
nombre a la
marca y a un
estilo de diseño
centrado en el
equilibrio y el
centro de
gravedad.
La llegada a
la Argentina fue
en los años 60,
PING cruza el
continente para
promocionar su
putter PING en
el Abierto de la
Republica, en
dicho evento,
conoce a un
joven Ricardo
jurado, hijo del
Padre del
profesionalismo
del Golf en la
Argentina, Jose
Jurado.
Aquel
encuentro entre
Solheim y
Ricardo, se
produjo en el
Jockey Club, en
vísperas del
torneo mas
importante de
Sudamérica y es
allí que hace su
debut el Putter
Anser.
El profesional
Ricardo Jurado
fue el primero
en probarlo y
enseguida quedó
convencido, ese
vínculo hizo que
la familia
Jurado se
transformara en
representante
histórico de
PING en
Latinoamérica,
relación que se
mantiene hasta
hoy.
La fábrica y
el proceso,
digamos que PING
fue pionera en
aplicar la
técnica de
fundición de
cera perdida,
propia de la
joyería, para
lograr precisión
milimétrica en
cada cabeza de
palo.
También
instauró el
concepto de
fitting
personalizado,
ajustando la
longitud, lie y
loft a cada
jugador, mucho
antes de que la
industria lo
considerara
indispensable.
La evolución
familiar y
empresarial se
dio del
siguiente modo:
-
1911: Nace
Karsten
Solheim en
Bergen,
Noruega.
-
1959: Diseña
el primer
putter en su
garage de
Redwood City,
California.
-
1966: Crea
el Anser,
patentado en
1967.
-
1970s:
Expansión
internacional,
llega a
Argentina
con Jurado.
-
1995:
Karsten,
afectado por
problemas de
salud, se
retira. Su
hijo John
Solheim
asume la
presidencia.
-
2000:
Fallece
Karsten a
los 88 años,
en Phoenix,
Arizona.
-
2016: Su
nieto John
K. Solheim
se convierte
en
presidente,
asegurando
la
continuidad
generacional.
-
Hoy: PING
sigue siendo
una empresa
privada y
familiar,
con base en
Phoenix,
líder en
innovación
de putters,
hierros y
drivers.
La bóveda
dorada y el
legado
Desde los años
’70, cada
triunfo
profesional con
un putter PING
se conmemora con
dos réplicas
enchapadas en
oro: una queda
para el jugador
y la otra se
guarda en el
famoso Gold
Putter Vault en
Phoenix, que hoy
alberga más de
3.000 piezas
únicas.
Una reliquia
en manos de
VISTA GOLF
Los putter
fabricados antes
del traslado de
la fábrica a
Phoenix, sin
dudas son
verdaderas joyas
de colección.
En nuestro
museo de VISTA
GOLF, tenemos un
putter PING
anterior a
Phoenix y, lo
mas hermoso de
nuestra pieza...
es escuchar el
auténtico sonido
“ping” metálico
que cautivó a
Solheim hace más
de seis décadas.
PING no nació
de un plan de
marketing, sino
de la obsesión
de un ingeniero
por resolver un
problema en el
green.
De un garage
familiar a una
de las marcas
más influyentes
de la historia,
su legado sigue
vivo en cada
putter que
resuena con ese
“ping”
inconfundible.
Desde Karsten
hasta su hijo
John y hoy su
nieto John K.,
tres
generaciones
mantienen la
esencia de una
empresa que
jamás perdió su
raíz familiar.
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